Hoy os voy a enseñar
cómo transformé una vieja caja metálica que compré en un almacén de almoneda de
mi pueblo.
Mi primera idea fue intentar volver a dejarla tal y como era originalmente, es decir, quitar el óxido y pulirla para que recuperara su antiguo estado. De
hecho empecé a hacerlo, pero no me gustó cómo iba quedando, así que decidí
hacerle un cambio radical y opté por pintarla y decorarla.
- caja metálica,
evidentemente
- lana de acero de
restaurador, o estropajo metálico,
- esmalte satinado en
color rojo inglés,
- barniz mate
incoloro,
- papel de regalo,
- cola blanca o de
carpintero,
- cuerda de sisal,
- pistola de silicona
caliente.
Primer paso: Con la
lana de acero, o en su defecto con un estropajo metálico grueso, froté bien la
caja por todas las partes para quitar el óxido. Insistí sobre todo en los
rincones y las juntas, ya que es allí donde más se acumula.
Segundo paso: Repasé de nuevo la caja frotando con la lana de acero fina. Con este paso se consigue que el metal quede fino y suave, y al mismo tiempo preparado para poderse pintar.
Tercer paso: Lavé la caja con agua y jabón para quitar todo el polvo de óxido que había caído, ya que si no se quita bien, al pintar quedan unos granitos. Después la sequé, primero con un trapo y luego con el el secador con el aire caliente para que no quedara humedad y volviera a salir óxido.
Cuarto paso: Pinté la
caja con el esmalte de color rojo inglés. Escogí un esmalte al agua para que me
resultara más fácil la limpieza de los pinceles. Para evitar demasiado
brillo, decidí usar un esmalte satinado. No fue necesario darle imprimación
gracias a la profunda limpieza del óxido que hice.
Quinto paso: Una vez
seca la pintura, forré el interior de la caja. Para ello, tomé medidas y saqué
el patrón en una hoja de diario. Cuando comprobé que quedaba bien, pasé a
cortar el papel de regalo.
Para el exterior y la
tapa procedí de la misma manera.
Sexto paso: Con un
pincel extendí la cola blanca en la caja y en el papel. Esperé un poquito a que
el papel absorbiera la cola y lo apliqué en la caja ayudándome con una espátula, de manera que quedara bien enganchado y se eliminaran las burbujas de aire que pudieran
haberse formado. Esperé a que se secara completamente antes de seguir.
Séptimo paso:
Ayudándome con la silicona caliente, enganché la cuerda de sisal alrededor de
la caja y también en la tapa.
Octavo paso: Para
finalizar, apliqué una capa de barniz mate, pero sólo en el papel y la cuerda,
evitando de no pasarme para que el barniz no quedara sobre la pintura.
El barniz sirve para
proteger el papel y la cuerda, darle consistencia; y al mismo tiempo para que
sea más fácil de limpiar, ya que se puede pasar un trapo húmedo si se desea.
Bueno, así es cómo yo
lo hice, espero que os guste y sirva de inspiración para poder decorar vuestras
cajas.
Quedó estupenda, parece otra bien distinta.
ResponderEliminarhttp://palomarincon.blogspot.com.es/
Gracias Ana, y además la utilizo mucho, en ella guardo galletas, magdalenas y en navidades los polvorones, además con este color rojo hace Navidad y en la mesa queda muy bonita.
ResponderEliminarPreciosa!
ResponderEliminarTe he conocido en la Linky Party
Sigo tu blog, me sigues? El blog de acebeR
Encantada de que te haya gustado. Es genial la Linky Party, yo también he conocidovarios blogs que me han encantado.
EliminarMe paso enseguida por el tuyo y seguro que me quedo.
Besitos.
Nos a gustado mucho tú reciclaje,muy chulo!!Bss.
ResponderEliminarMuchas gracias. Me encanta ver que gusta las cosillas que hago.
EliminarBesitos y cuidaros...
Muchas gracias. Me encanta ver que gusta las cosillas que hago.
ResponderEliminarBesitos y cuidaros...