¡Hola!
Hoy os quiero enseñar el trabajo que hice este verano.
Una amiga me pidió si podía dar una segunda oportunidad a este viejo
armario que querían poner en el restaurante de su hija... Y yo, ¡Encantada con
el proyecto! Ya veis que a la Vicky de L’@LaRoba no se le resiste nada. Y es
que todo lo que sea manual ¡¡¡¡¡Me encanta!!!!!
El Trabajo principal era cambiar su
aspecto con una buena mano de pintura.
La madera no estaba en mal estado, así,
lo primero que hice fue limpiarlo bien, pasé el aspirador por todos los
rincones y luego un trapo húmedo para que no quedara nada de polvo y suciedad.
Quité todos los herrajes y las puertas
para poder trabajar más cómodamente.
Luego pasé a pintarlo. Use pintura a
la tiza, la Chalk Paint, que por cierto está muy de moda y sinceramente es que
es genial, porque no necesitas ni imprimación, ni quitar restos de pinturas anteriores
ni nada de nada.
La primera capa de pintura fue en
color blanco antiguo. Pinté todo el exterior así como el interior.
Cuando la pintura estuvo seca, le pase
una segunda capa en color verde agua muy clarito diluida en agua, para “ensuciar
la pintura blanca, no para taparla, pero solo al exterior del armario.
Al interior le di la segunda capa del
mismo blanco Antiguo que había utilizado.
Seguidamente forré el interior con
papel vinílico adhesivo, en un tono beige a topos.
Monté las puertas y los herrajes
y..... ¡Me armé con la lijadora eléctrica para “envejecer” el armario!
La pasé por las zonas que más desgaste
acostumbran a tener, salientes, puertas….
Cuando me pareció que ya estaba
suficientemente envejecido, quité muy bien el polvo y barnicé el armario. Todo.
Interior y exterior. Para ello utilicé un barniz al agua semi-mate que da un
acabado muy parecido al encerado manual.
¡¡¡Y listo!!!!
No parece el mismo, a que no.
¡Nos vemos pronto!
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Vicky
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