¡Hola!
Hoy os quiero
enseñar cómo reciclar unas cajas de fresas, esas que son de madera, pequeñitas
y fuerte. Sí, sí, esas que cuando las tenemos en la mano, pensamos que es una
pena tirarlas.
Yo guardé tres
iguales y decidí darles una nueva vida. Haciendo un resumen muy rápido, las
pinte y forré, y ahora me sirven para tener material de costura bien ordenadito
a la vez que decoran la estancia.
Os explico cómo
lo he hecho.
Material
utilizado:
-
Cajas
de madera.
-
Pintura
Chalk Paint en diferentes colores.
-
Imprimación
para madera.
-
Barniz
incoloro satinado.
-
Pinceles,
tijeras, cúter, cola.
-
Cartón
(yo he usado cajas de cereales).
-
Papel
de regalo (lo compré en Casa).
Empecé dando una capa de pintura color
beige que tenia por casa, que sirvió como imprimación y para tapar las letras
que llevan las cajas. Como después pintaremos encima, no importa el color que
se haga servir.
Seguí dando una
segunda capa con la pintura definitiva, en este caso usé la Chalk paint. Cómo
tenía tres cajas, decidí pintar cada una de un color. Creí que era necesario, y
le di una segunda capa.
Cuando la pintura
estuvo seca, pinté unos topitos en los laterales de las cajas.
La manera de
hacerlo es muy fácil: Ponemos un poco de pintura en un recipiente plano (yo usé
la tapa de un bote), mojamos la parte trasera de un pincel en la pintura, lo
aplicamos sobre la superficie que queremos pintar apretando un poquito a la vez
que hacemos un pequeño giro, levantamos con cuidado el pincel y… voilà el topo ha quedado pintado.
Recorté unos
cartones a la medida de la base de las cajas y de la de los laterales (hice
servir unas cajas de cereales que fui guardando para la ocasión).
También recorté
el papel de regalo dándole unos centímetros de más que a los cartones.
Encolé el papel
de regalo a los cartones forrándolos de la misma manera que se forra un libro.
El siguiente paso
fue encolar las piezas de cartón forradas a la caja. La cola que hice servir es
la cola de carpintero o cola blanca que rebajé con un poco de agua.
También me decidí
en forrar la base exterior de la caja, pero tengo que confesar que, como usé un
papel muy fino, al encolarlo quedó algo arrugado… Por suerte, es la base y no
se ve.
Y para acabar,
cuando se secó y comprobé que había quedado bien encolado, di una capa de
barniz incoloro satinado por todos lados, sí, por todos: el exterior de la caja
incluida la base, pero el interior y laterales, encima del papel, también. De
esta forma, queda más fuerte y protegido.
Molt boniques, m'agraden amb tant de color. Petons.
ResponderEliminarGracies Lourdes, la llàstima és que quan son plenes no es veu el estampat. Quina pena.
EliminarGracies, un petó.