Para confeccionar la cara y extremidades de los muñecos de
trapo, normalmente, utilizo una tela de algodón 100% en color natural. Pero
últimamente cuando la compro, aunque dicen que no está blanqueada, cada vez es
más blanca y…. ¡No me gusta! No me gusta porque los pobrecitos muñecos parecen
albinos, jajajaja.
Así pensando, se me ocurrió que quizás quedaría bien tiñendo
la ropa con té.
Ya he utilizado esta técnica, pero normalmente lo hacía para teñir puntillas con lo que no me importaba demasiado si el color derivaba hacia el marrón más o menos tostado, así que antes de lanzarme a teñir la ropa quise hacer una prueba.
Ya he utilizado esta técnica, pero normalmente lo hacía para teñir puntillas con lo que no me importaba demasiado si el color derivaba hacia el marrón más o menos tostado, así que antes de lanzarme a teñir la ropa quise hacer una prueba.
Dado que hay diferentes tipos de té, el resultado es
diferente, así que realicé la prueba con cuatro tipos de té y una hierba: Té
verde, Té rojo, Té negro, Té breakfast y Rooibos.
Tomé cinco tazas y puse la misma cantidad de agua a todas, un sobre de la infusión y trozos de tela cortada del mismo tamaño para así poder hacer la comparativa.
Tomé cinco tazas y puse la misma cantidad de agua a todas, un sobre de la infusión y trozos de tela cortada del mismo tamaño para así poder hacer la comparativa.
Herví el agua, puse el sobrecito y en unos pocos minutos,
cuando ya había infusionado el té, introduje
la tela que previamente la había sumergido en agua.
La removí y la dejé bien sumergida para que el tinte
actuara uniformemente, de lo contrario pueden quedar trozos con menor cantidad
de color y al secarse hará el efecto de estar sucia. Pero ojo, que si lo que se
quiere conseguir es ese efecto también se puede hacer.
Al cabo de tres horas, saqué los trozos de tela y los
aclaré con abundante agua. Ya se apreciaban los diferentes tonos.
Todos habían quedado diferentes. Como ya sabéis en la
ropa mojada los colores son más intensos, por lo que tendí los retales y los
dejé secar.
Una vez secos, los planché para apreciar mejor el color.
La verdad es que el resultado me gustó bastante aun que no hubiese una
diferencia muy sustancial entre ellos.
El Té verde da como resultado un color caramelo y el Rooibos un caramelo más intenso, el Té rojo un tono asalmonado, Té negro y el Breakfast tienden a marrón.
Ahora sólo me queda escoger el color que más me gusta y hacer
el tinte a mayor escala: más té y más agua y lo más importante, para que el
color quede bien fijado añadir sal y vinagre.
Y ¡Listo! Esto es todo por ahora.
¡Nos vemos pronto!
Pues quedan muy bien, pero luego si se lava la muñeca, ¿no se va el tinte?
ResponderEliminarNo, pero se ha de fijar el color. Cunado preparas el tinte se añade sal, al aclarar se pone vinagre y por último, se ha de planchar, estas tres cosas hacen que queden fijado. De todos modos, es posible que pierda un poco de color en el primer lavado, pero después ya no. Al menos las puntillas que he teñido y que puse a un vestido de verano de mi hija, siguen teniendo el tono tostado en ugar del blanco original. Ah!!! Importante es que la tela sea de algdón
Eliminar